La vie en rose

¿Y si la vida fuera de color de rosa? ¿Y si nosotros hiciéramos que eso fuera posible?

 

Me diréis: “La vida no es de color de rosa. Pasan mil atrocidades por el mundo. Mira el telediario y luego me cuentas…”.

 

Esa frase sería la más normal y “light” que podría escuchar. El resto serían insultos y despotricar contra todo y todos.

 

Pero… ¿y si actuáramos como si nuestra vida fuera de color de rosa?

 

Nadie nos obliga a vivir de un modo que no queremos. Libre Albedrío.

 

Ayer, de la manera más sencilla, juntando minerales rosas para enseñarlos (pertenecientes al chakra cardíaco) recordé esa otra parte o faceta de mí más infantil, quizás soñadora. Como si la vida fuera un juego donde también hemos venido a disfrutar y a divertirnos.

 

Y así es.

 

La vida no es una fiesta donde hay que bailar todo el rato -al menos para mí- ni estar de fiesta es estar de botellón o molestando a los demás. No, la vida es lo que es y tú decidirás -con tu Libre Albedrío- cómo la quieres vivir. Pero… ¿y si decides vivirla de color de rosa? ¿O de color verde? ¿O del color que a ti te apetezca sin dañar ni molestar a los demás?

 

En este caso… ¿qué puedo hacer yo para convertir una vida ordinaria en extraordinaria?

 

Pues… cosas muy simples como dejarte fluir, respetarte, divertirte, darte algún caprichito… desde comprarte algo que te gusta hasta cambiar los muebles de tu casa, cortarte el pelo o desayunar de lujo un día en tu cafetería favorita.

 

Podemos empezar con una acción muy simple para llegar a ver la vida de color de rosa.

 

Te digo cómo, en la vida diaria, puedes comenzar a cambiar tu vida para convertirla en la vida que tú quieres, pintando aquellos colores que quieras que aparezcan en el lienzo de tu vida…

 

1.       Mimarte, amarte, respetarte. Tan simple como eso y tan difícil a la vez…

2.       Dar rienda suelta a tu imaginación. Sé creativa, permítetelo. Haz cosas que quieras hacer, actividades que te muestren la niña que fuiste y que aún sigues siendo, aunque la tengas muy abandonada.

3.       Hacer caso a tu Niña Interior. Cuídala, habla con ella. Escúchala.

4.       Escucha a tu cuerpo. Es sabio. Y si un día se quiere tomar unas tortitas con chocolate… ¡permíteselo!

5.       Ocúpate de ti, pero no te preocupes de algo que ni siquiera ha pasado y que igual no llega a pasar nunca.

6.       Sé feliz, alegre, no te enfades porque gastarás una energía preciosa y tardarás tiempo en volver a recuperarla.

7.       Deja de estar “encorsetada”, pronúnciate, muéstrate tal cuál eres.

8.       Cuida tu cuerpo físico, tu mente y tu alma por igual. Cuando una parte de ti está descompensada, las otras tambalean…

9.       Arregla tu casa, ordena, cambia detalles que te hagan sentir que la casa es tuya y es tu reflejo y que éste... te gusta.

10.   Permítete emocionarte, vive desde el Amor. No juzgues, no critiques, piensa que tú también fuiste así. Vive la vida como una cadena de aprendizajes y logros y alégrate por ellos.

11.   Destierra de tu vida el odio, la frustración, la agresividad. De nada sirve minar tu cuerpo físico. No lo dañes.

12.   Piensa en positivo. Si no lo logras, una vez decretadas las palabras, vuelve a decirlo de otra forma más amable para el mundo. Recuerda que todo es vibración.

13.   Si no logras cambiar el chip en algún asunto de tu vida (ante un problema, solución sin resolver, creencia limitante…), actúa “como si” se hubiera solucionado ya, hubieras encontrado la solución a esa traba.

14.   Háblate siempre en positivo, con amor.

15.   No te tomes la vida como un drama, de manera personal. Piensa que todos estamos actuando en una obra “mundial” y a veces, la obra, las pelis… salen mal. No todas las películas arrasan en taquilla ni son comprendidas… Piensa que ese papel no era el adecuado para ti y que ya vendrá otro donde brilles como lo que eres: el gran actor o la gran actriz principal de tu vida.

16.   Piensa que eres muy valiente por estar viviendo esta vida. Así que, si te caes… no le des más importancia de la que pueda tener. Enfócate siempre en la parte constructiva y positiva de la vida.

17.   Exprésate, habla, llama a alguien si lo necesitas. Piensa que tu conversación es importante para esa persona y para el mundo. Por eso estás aquí.

18.   Atrévete a hacer lo que siempre has deseado. No postergues tus deseos. No sirve de nada hacerlo.

 

Y si eres reikista, aquí van algunas sugerencias para tu sesión:

 

Si estás iniciada en tercero, utiliza el símbolo Koriki. Es maravilloso ver el cambio que produce en las personas. Úsalo en ti y en los demás.

 

Date Reiki a diario o cuando lo sientas, pero con consciencia, sintiendo la energía dentro de ti.

 

Dale Reiki a tu Niña Interior. También lo necesita.

 

Disfruta con las sesiones, sean para ti o para los demás. Piensa que Reiki es un sistema de sanación y cuando tú das Reiki a alguien… ganamos todos. Elevamos entre todos la frecuencia del Planeta.