8 falsos mitos sobre la práctica de Reiki

 

Muchas veces tenemos ciertas creencias o nos dejamos llevar por falsos mitos que interfieren en la realidad de una sesión de Reiki. A veces son errores que se han convertido ya en creencias que nos impiden apreciar y entender el funcionamiento de la energía.

 

1.       “La energía del terapeuta es muy buena”.

 

Esta frase la he escuchado miles de veces y no tiene sentido alguno. ¿Acaso el terapeuta de Reiki sana con su propia energía? Error.

 

El terapeuta tan solo hace de canal, es decir, a través de él pasa la energía Reiki de alta vibración y ésta sale por sus manos. Nada más, así de simple. Hace de canal, tubería y será por allí por donde circule la energía Reiki. Pero no interfiere en la sesión la energía del terapeuta, jamás. Tan solo es la herramienta para que la energía llegue a tu sistema energético.

 

2.       “Las manos del terapeuta están frías, congeladas, no me dan calor y por lo tanto lo hace mal”.

 

Error. Hay terapeutas que siempre tienen las manos congeladas. Que la energía generalmente se haga notar porque sale calor por las palmas de las manos no significa que a todo el mundo le suceda lo mismo. Es decir, puede que el terapeuta esté rojo, congestionado, sudando y el paciente esté muerto de frío. O que uno note cómo fuego sale de sus manos y la otra persona no lo sienta en absoluto. La energía no es ni fría ni caliente. En ocasiones notaremos frío, escalofríos y otras, quizás, mucho calor, pero eso no quiere decir que la sesión no haya funcionado.

 

3.       “Si doy Reiki a alguien que está enfermo, me puede “pasar” su enfermedad o su energía negativa”.

 

Error doble. La enfermedad es de cada uno así que, tranquilo, que el catarro de uno no es de otro. Ni cualquier enfermedad. Y la energía vital de cada uno es, como he dicho, de uno mismo. Por lo tanto, es inviable esta afirmación, no tiene sentido alguno.

 

4.       “Yo, terapeuta, soy muy bueno y sano a fulanito”.

 

Error. Nadie sana a nadie. Ningún terapeuta sana a ningún paciente. Eso es Ego. El terapeuta es la herramienta para que el paciente pueda sanar. Pero sanará y soltará lo que el paciente quiera en ese momento de su vida. El terapeuta no puede hacer nada más. Nadie sana a nadie. Tú, terapeuta, eres la herramienta para que tu paciente sane (si así lo desea).

 

Es una lástima que todavía a estas alturas alguien pueda llegar a pensar eso. Nadie sana a nadie. El terapeuta es tan solo una herramienta para la sanación del paciente. Es el propio paciente el que decide soltar lo que esté preparado para soltar. Es una autosanación dirigida por el terapeuta. Así es más fácil entenderlo. Pero el terapeuta no se puede apropiar del resultado de la sesión, haya sido positiva o negativa para el paciente (según sus palabras).

 

5.       “En una sesión de Reiki tengo que ver colores, guías o hablar con fallecidos”.

 

En absoluto, en una sesión de Reiki la finalidad es que sanes y liberes energía enquistada de tu sistema energético. No hay más. Si ves fallecidos, hablas con ellos, haces viajes astrales o ves colores… será perfecto para ti, pero no puedes pensar que vienes a una sesión de Reiki para esto. Si así fuera, te has confundido de técnica energética.

 

6.       “Tras una sesión de Reiki me pongo enfermo o me siento fatal. Por lo tanto… el terapeuta ha hecho fatal su trabajo. El terapeuta es malo”.

 

Todo lo contrario. En este punto te diré que, gracias a la energía movida en la sesión, (teniendo las manos del terapeuta como herramienta) has conseguido liberar mucha toxicidad y ha sido ésta la que, al salir de tu cuerpo o ser expulsada, te ha hecho sentir mal durante un rato. Eso significa que te has liberado de mucha energía enquistada lo cual, si era el propósito, está genial.

 

7.       “Yo voy a que me den Reiki porque mi terapeuta me va a quitar el dolor crónico”.

 

Volvemos al punto anterior.  Nadie va a arreglar a priori un dolor crónico que lleva mucho tiempo en tu cuerpo. Y mucho menos has de poner o dejar caer la responsabilidad de tu sanación en el terapeuta. Sería una irresponsabilidad por tu parte.

 

Cualquier dolor crónico instaurado en tu cuerpo te dice algo: hay un problema profundo, de fondo, que hay que tratar con mucha atención para comenzar a sanar, para lograr que esa energía enquistada durante tantísimo tiempo empiece a reaccionar. Pregúntate: ¿por qué tengo este dolor? ¿para qué? ¿de qué me sirve tenerlo? ¿qué escondo tras ese dolor crónico? Y allí comenzará parte de la sanación…

 

8.       “El paciente insiste en que le digas cuántas sesiones necesita para quitarle ese dolor o tú le dices que con X sesiones se le irá”.

 

Error por partida doble. Es imposible saber cómo va a actuar la energía en el sistema energético de la persona, por lo tanto, es imposible saber cuántas sesiones se necesitarán para lograr el objetivo o motivo de la consulta, el tema a tratar. Por lo tanto, no hay que crear nunca expectativas. Es un error de principiante.

 

Espero que estas líneas puedan servir tanto a terapeutas como pacientes de cualquier técnica energética.